Para los que no le han dedicado mucho tiempo últimamente a mantener el templo del espíritu, les comento que el tenis es un buen entrenamiento, pues aunque cueste golpear la pelota con la requeta, aún recogiendolas del piso (sobre todo si se tienen pocas) se hace un buen ejercicio.
El sábado pasado fui a jugar bien temprano con una amiga (Milca, para los que la conocen) y luego de unos cuantos raquetazos ya yo estaba de fastidiada, no quería seguir jugando y prefería ver el partido de los vecinos. Mi actitud era muy egoísta, pues estaba disgustada porque tenía que correr de un lado a otro de la cancha para alcanzar la pelota y no estaba disfrutando de lo que tanto me gusta: hacer deportes.
Pasado unos minutos, un profesor que se encontraba allí se me acercó y me habló un poco de mi actitud. Al principio me molesté porque pensé que ese no era su problema, pero luego el Señor me mostró que mi actitud no era la adecuada y decidí cambiarla. El resto de la mañana fue genial, disfruté del tiempo y creo que mi amiga también.
Gracias Señor por utilizar los diferentes medios para mostrarnos (aún en las pequeñas cosas), cuando nuestra actitud no es la adecuada.
1 comment:
Pos sip amiga, luego también lo disfrute mucho! y aunque no quería ver a ese profesor ese día al final pude dar gracias a DIOS de que estuvo en la cancha y de que DIOS lo uso para aconsejarnos y hacer más agradable el jugar tenis.
Si seguimos con los consejos del profesor de tenis, ya veremos quien puede con nosotras... :P
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