Monday, September 12, 2005

Una guerrera más

Recuerdo el abrazo fuerte, las lágrimas en los ojos, las frases de entrega y la alegría en mi corazón... Fue una mañana de un domingo en la ciudad de Viena la cual no podré olvidar.

El pastor Tom terminó con el sermón e hizo el llamado para todas aquellas personas que quisieran recibir al Señor en su corazón. Yo estaba sentada casi al final de la fila, al lado de mi mejor amiga, quien había escuchado muchas veces de Jesús, pero no había tomado la decisión de entregarle su vida. Yo agradecí al Señor por los que pasaban al frente y de reojo vi a mi amiga que estaba un poco movida en ese momento. Recuerdo que le pregunté que si quería pasar al frente y me dijo que no, entonces le pregunté: "¿quieres hacer la oración conmigo?" a lo que ella respondió que sí.

Desde ese día su vida en efecto comenzó a cambiar, tuvo altos y bajos, hubo momentos en los que pensé que solo había sido un momento emotivo. De hecho cuando tuve que regresar a Venezuela, me preocupé mucho por su caminar en Jesús, pero hoy sé que lo que ella hizo en ese momento fue realmente de corazón y Jesús así lo tomó.

Esta mañana apenas abrí el correo mi corazón se sobresaltó y las lágrimas invadieron mis ojos, pues tenía un correo de mi amiga donde lo primero que pude ver fue una foto de ella vestida de blanco lista para ser baustizada.

Se ha consolidado una guerrera más para llevar al evangelio hasta lo último de la tierra. Hoy mi corazón como en aquel momento, se llena de alegría por que sé que (como dije aquella mañana): "Amiga, nos veremos en la eternidad".

Cuestión de Fe

Siempre me ha llamado la atención la frase en los diferente evangelios cuando Jesús le dice a los demás "Hombres de poca fe", en cierta forma jamás me consideraba estar en ese grupo de personas, pero que equivocada estaba.

La primera vez que me di cuenta de mi poca fe y dudé de lo que Dios podía hacer a través de mi, fue hace tres semanas cuando estaba en la experiencia misionera en Barcelona (http://experiencia.bitacoras.com) y a continuación les relato la historia.

Nos encontrabamos allí, en plena hora del burro -en Venezuela a las 2:30 de la tarde-, en la caliente ciudad de Barcelona mi grupo y yo en nuestra primera actividad evangelística. Ya habíamos tocado algunas puertas y hablado de Jesús un puño de personas, pero el calor nos estaba derritiendo, así que decidimos acercarnos a una bodegita que estaba cerca para comprar algo de tomar. Como no teníamos dinero suficiente decidimos comprar 2 maltas y compartirla entre el grupo (lo que sea por mitigar el incandesente sol).

Allí estabamos y de repente comenzamos a hablarle de Jesús a las chicas que nos estaban vendiendo las maltas. Ellas con caras de incrédulas y con una sonrisita en los labios -que para mi significaba: "estos locos de donde salieron"- nos escucharon y nos despedimos.

Al final de la jornada, al evaluar las personas a las que habíamos contactado, recordé a las chicas de sonrisita en los labios y pensé: "no creo que nos hayan escuchado, por lo menos estaba bien fría la malta".

Tres días después de esta actividad alguien me llama y me dice: "Marianella, hay unas chicas que te buscan afuera". No tenía ni idea de quienes podían ser y para mi sorpresa eran ellas, allí estaban Liliana y Josdeli esperándome afuera. Las chicas tenían rato esperándome, recordaban mi nombre y lo que más me impactó que es lo que para mi era solo una malta baboseada (recuerden que las compartimos) y bien fría, para ellas era el cambio de sus vidas.

Sencillamente mi Fe es poca y los planes del Señor son más perfectos que los míos.

Monday, September 05, 2005

Regresando

Luego de un largo período sin escribir y por sugerencia de una amiga, he decidido reactivar este blog, para día a día poder comentar mis avances por la senda de justicia.

Gracias Pat por tu motivación.