
El pasado sábado, a las 8:00 am de la mañana, el grupo de excursionistas estaba listo para salir y disfrutar de las bendiciones del Señor. Allí estabamos todos con el mejor de los ánimos, conociendo que la tarea por delante no era sencilla, pero con el ánimo del tamaño de la montaña.
Cristian, Marisela, Mauro, Milca, Meyli, Mayra, Tania, Yza, Gabriela (Galletica), Gerardo, Kenny, Ana y Miguelito serían los autores de tan inolvidable odisea.
El amor del Señor sencillamente no tiene calificativo que lo describa. Este sábado nos regaló un hermoso clima, un inmejorable panorama y, muy especialmente, la mejor compañías: los amigos.
Gracias a cada uno de los que aceptaron esta invitación y en especial a Dios porque cuidó todos los detalles para consentirnos.